lunes, 9 de mayo de 2011

Astronomía babilónica (I)

Encuentro muy interesante la historia de la astronomía porque es casi tan antigua como la historia misma. A pesar de ser mayormente de inspiración religiosa, la astronomía muestra a través de diversos ejemplos la enorme importancia funcional que tuvo en sus inicios como reloj natural del ciclo anual de la Tierra; como tal, puede ser considerada como la ciencia más antigua.

Aunque el cielo de nuestros días es fundamentalmente de herencia griega, muchos de ellos, principalmente los signos zoodiacales, son de herencia mesopotámica. Justamente estas constelaciones fueron las primeras en surgir, debido a su importancia en la determinación del ciclo anual.


Pictogramas iniciales (3200-2100aC)

Los símbolos astronómicos babilónicos más antiguos son fundamentalmente respresentaciones gráficas de deidades, comenzando en el 3000aC. Su papel en el firmamento se interpreta en forma directa sólo a través de símbolos más inequívocos del sol, la luna y venus, y en forma indirecta por tablas posteriores que documentan la presencia de los mismos dioses en forma mucho más específica como parte del cielo.

En esas primeras representaciones sumerias domina la presencia de toros y leones, y en algunos casos escorpiones. Estos animales fueron representados en el cielo como las primeras constelaciones: Tauro, Leo y Escorpio.

BM113871 - Sello de la tercera dinastía de Ur - Leones atacados por toros con cabezas humanas
© The Trustees of the British Museum

Las figuras antropomórficas representan dioses. Ea, es el dios de la tierra y la vida, rodeado de aguas abisales y con dos torrentes de agua corriendo por sus manos. Se convirtió en Acuario. Ishtar es la diosa del cielo, el amor, la fertilidad y la guerra. Su símbolo astral era el planeta Venus. Podría haber dado origen a la constelación de Virgo, pero no esta claro. El dios sol, Shamash, se representa como un hombre barbudo con rayos emanando de sus hombros.

BM89115 - Sello de Adda
© The Trustees of the British Museum

Rogers destaca que no es casual que Acuario, Tauro, Leo y Escorpio sean las constelaciones de tradición más antigua. Todas contienen estrellas de primera magnitud, pero su mayor importancia radicaba en que en ese momento de la Edad de Bronce, contenían los puntos de equinoccio y solsticio. Hoy en día estos puntos se han desplazado a las constelaciones de Aries, Cáncer, Capricornio y Libra, debido al movimiento de precesión de la tierra, que provoca una rotación completa de dichos puntos en un ciclo que dura aproximadamente 26.000 años.

Tauro era el toro de los cielos para los sumerios. Como equinoccio de primavera, marcaba el inicio de un nuevo año. Su cabeza estuvo siempre dominada por Aldebarán, aunque su postura era posiblemente diferente; las pléyades podrían haber sido uno de sus cuernos.

Leo era el león que marcaba el solsticio de verano. La estrella Regulus, que en latín es príncipe o pequeño rey, ya era llamada Sharru, o rey, por los babilonios.

Escorpio marcaba el equinoccio de otoño. Inicialmente fue más grande, incluyendo como tenazas lo que luego se convirtió en la constelación de Libra

Acuario marcaba el solsticio de invierno, representado por el dios Ea, generador de las aguas. Ea, normalmente en la cima de una mantaña sagrada o zigurat, emana dos torrentes de agua desde sus manos u hombros.


Pictogramas en kudurru (1350-1000 aC)

Durante el reinado de los casitas, a partir del 1350aC, aparecen nuevos símbolos gráficos, en forma de mojones de piedra o kudurru, que invocaban a los dioses como testigos para proteger las tierras.

102485 - Kudurru o mojón de piedra del período babilonio medio
© The Trustees of the British Museum

En esas representaciones hay simbolos divinos que luego claramente se convierten en constelaciones. A las cuatro más antiguas (Tauro, Leo, Escoprio, Acuario) se agregan Sagitario y Capricornio, y lo que posiblemente son versiones iniciales de Virgo, Aries, Piscis, Hidra y Géminis. Otros muchos símbolos, representando animales, demonios o diosas de la fertilidad, fueron desapareciendo.

Ya en período asirio (1000aC), aparecen también representaciones concretas de estrellas. Sirio, representada como flecha, y las siete estrellas del cúmulo de las Pléyades.

De gran importancia para la evolución posterior de la cosmografía es la narrativa épica del Enûma Eliš, compilado aproximadamente en esta época, y que registra el mito de la creación babilónico.

BM40559 - 2da tabla del Enuma Elish
© The Trustees of the British Museum

Cuando el océano estaba vacío y previsto de forma, estaba dominado por el gran dragón Tiamat, que defendía el caos mediante monstruos diversos que mantenían a los dioses alejados. El dios Marduk mató finalmente al monstruo, que quedó dividido en dos partes, creando la tierra y el cielo. En el cielo, constituyó los caminos de Anu, Enlil y Ea.

BM89589 - Marduk derrotando a Tiamat
© The Trustees of the British Museum

Con esto se establecía la grilla celeste que iba a dominar los períodos posteriores.


Construyó estaciones para los grandes dioses
fijándolos en las estrellas a su semejanza
Determinó el año al designar sus zonas
estableció tres estrellas para cada uno de los doce meses
Luego de establecer los sectores del año
instaló la estación de Nebiru* para determinar sus límites
de manera que ninguno pudiere transgredir o aberrar
Junto a ella estableció las estaciones de Enlil y Ea.


* Nebiru es Júpiter, y la estación de Nebiru es la eclíptica

Fuentes:
John Rogers Origins of the ancient constellations: I. The Mesopotamian traditions
Wikipedia: Babylonian astronomy
British Museum
Enuma Elish en Sacred-texts.com

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