viernes, 9 de marzo de 2012

In the Shadow of the Moon


In the Shadow of the Moon
[2007]
Dir: David Sington



Excelente documental con entrevistas a diez astronautas de las misiones Apollo, que sintetiza la historia del programa centrándose principalmente en los relatos y experiencias de los entrevistados.  En el grupo de 10 que aparecen en el documental hay al menos un representante de cada una de las misiones que llegaron a -al menos- orbitar la luna. De los 24 hombres que viajaron hasta la luna, solamente 12 llegarían a la superficie.

Lo que se echa más en falta en el documental es la presencia de Armstrong; si bien aparece obviamente en imágenes de archivo, es una pena que no haya participado como entrevistado. Por lo visto, el peso de haber sido "el primero" es difícil de cargar.



Los entrevistados
Izquierda (de arriba a abajo): Aldrin, Bean, Lovell, Young, Scott
Derecha (de arriba a abajo): Collins, Duke, Cernan, Mitchell, Schmitt


Lovell: Un día, en secreto, a un grupo de nosotros en el centro de pilotos se nos ordenó ir a Washington para recibir órdenes. Y nos hablaron del cohete Atlas, de ponerle encima una cápsula, con un hombre dentro para mandar a un hombre al espacio. En esa época los cohetes Atlas explotaban regularmente en Cabo Cañaveral. Parecía una forma rápida de tener una carrera corta.

Collins: Lo que hicimos en los primeros días fue tomar la estructura de la nave y dividirla como a un pastel, en diez o doce piezas diferentes, le dábamos una parte a un astronauta; y cada uno debía aprenderse su pieza.


“Los altos mandos de la agencia espacial vuelan hacia cabo Kennedy para comenzar Ias investigaciones de lo que provocó el incendio que mató a los tres astronautas del Apollo esta noche. Murieron a los diez minutos de comenzado el simulacro de conteo atrapados en su nave espacial.”


Bean: La CIA nos informa que los rusos van a mandar una nave con una persona alrededor de la luna y ganarnos.
Cernan: Si ellos orbitaban la luna antes de que nosotros aterricemos en ella, entonces ellos hubieran llegado primero.
Lovell: Cambiamos los planes para Apollo 8; de orbitar la Tierra a volar a la luna. Fue una decisión audaz, con riesgos pero era hora de hacer algo audaz.

Bean: No querías sentarte con él en las fiestas porque empezaba a hablar de rendezvous. Y tú querías hablar de chicas y a él no le importaba. Hablaba de eso siempre.
Aldrin: Sí, es cierto. Eso era lo que me interesaba.

Bean: Recuerdo que un día alguien me dijo: "¿Sabes que Neil saltó en paracaídas del vehículo de alunizaje en la mañana?" Yo dije que era imposible, pero ellos dijeron que era cierto. Así que fui a preguntarle y estaba como si nada: "Dicen que saltaste en paracaídas del vehículo por la mañana" y él dijo "Sí". Fue todo lo que dijo. ¡¡Estuvo a punto de morir, y sólo dijo eso!!

Aldrin: En el momento del despegue había números en las pantallas, sonidos que indicaban el despegue pero… ¿qué sentimos? Creo que sentimos que no estábamos en la tierra, pero había una señal, del sistema de guía. Lo describiría como un novato manejando un gran auto en un pequeño callejón. Sabes que debes corregir, pero no estás seguro. Zigzagueas y son esos grandes motores que dan balance. Es un gran lápiz y debe balancearse muy precisamente. Y el rugido de los motores, lo sientes en el asiento y piensas “Esa torre está demasiado cerca”.

Collins: Cuando te dicen "listos para TLI" significa que puedes dirigirte a la luna – Y  lo haces, y eso es todo…

Duke: En cuanto vas hacia la luna y miras atrás el horizonte se curva más y es muy extraño pero ves a la tierra curvarse. Pude ver por la ventana la increíble vista de la Tierra entera. Los océanos azules y la tierra café. Y las nubes y la nieve blancas… esa joya en la oscuridad del espacio. Las únicas personas que han visto a la tierra entera son las 24 que han ido a la luna. Cuando ves a la Tierra así es impresionante. No hay nada mejor.

Collins: Después descubrí que me describían como el hombre más solitario del Universo, lo que era una tontería. Tenía a control de misión hablando en mi oído todo el tiempo. Yo lo disfruté. Estaba consciente de que estaba solo, especialmente cuando estaba de regreso en el lado obscuro de la luna. Recuerdo que pensé "Si miras ahí hay tres mil millones de personas, más otras dos allá abajo, y aquí una, más sólo Dios sabe qué". Y me sentí eso muy fuerte, pero no era soledad, ni miedo, era consciencia, un sentimiento de exaltación. Me gustó, era algo bueno.


Armstrong: Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad

Lovell: Houston, tuvimos un problema
(...)
Lo primero que pasó por nuestra mente fue ver que era lo que teníamos para regresar a casa y lo que teníamos era el módulo lunar. Era como abandonar la nave, entrar al bote salvavidas, y regresar en él.


Schmitt: El vehículo fue útil, muy cómodo pero cada vez que tropezabas en gravedad lunar salías de la superficie por momentos.

Mitchell: La mayor alegría fue regresar a casa. En mi ventana veía cada dos minutos. La luna, el Sol y una vista de los cielos. Era una experiencia sobrecogedora, poderosa.

Bean: Desde ese entonces no me he quejado del clima ni una sola vez. Me alegro de que haya un clima.
No me quejo del tráfico; me da gusto que haya gente alrededor. Algo que hice al regresar a casa, ir a los centros comerciales, a caminar, ir por un helado y observar a las personas pensando "Qué suerte tenemos de estar aquí”.




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