lunes, 23 de abril de 2012

Agujeros negros y pequeños universos

Agujeros negros y pequeños universos 
Stephen Hawking 
[1994]



Este libro compila diferentes ensayos y charlas que Stephen Hawking presentó a lo largo de varios años, entre 1976 y 1992. En general son breves y, aunque no hay un verdadero hilo conductor, la serie no desentona. Por un lado da una idea global de sus trabajos, y por otro sobre su vida personal, en particular sobre su enfermedad neuromotriz.

 Hawking, como divulgador científico, no es mi autor favorito; de hecho no tengo gran recuerdo de su archifamosa Breve historia del tiempo. El interés de los ensayos es dispar; de ahi que me cueste dar una valoración positiva rotunda. Sin embargo, su tema de estudio principal, los agujeros negros, es interesantísimo, y hay abundantes pasajes interesantes (incluso algunos graciosos), que hacen que la lectura bien valga la pena (al menos, los ensayos que destaco abajo en negrita). El balance es positivo.

 Niñez

  Oxford y Cambridge
De repente comprendí que muchas de las técnicas que habíamos desarrollado Penrose y yo para demostrar la existencia de singularidades eran suceptibles de aplicación a los agujeros negros. En especial, el área del horizonte de sucesos, la frontera del agujero negro, no podría menguar con el tiempo. (...) Aquella noche no dormí gran cosa.

  Mi experiencia con la ELA
Quedaba el cabo suelto de ignorar lo que iba a ser de mí o la rapidez con que progresaría la enfermedad. Los médicos me dijeron que regresara a Cambridge (...) Pero no estaba haciendo grandes progresos porque no poseía una gran base matemática y, en cualquier caso, quizás no viviría lo suficiente para concluir el doctorado. Me sentí en cierto modo un personaje de tragedia. Empecé a oir música de Wagner.

Actitudes del público hacia la ciencia
Historia de una Historia
Mi posición
¿Se vislumbra el final de la física teórica?
El sueño de Einstein
El origen del Universo


 La mecánica cuántica de los agujeros negros
... el número de configuraciones suceptibles de formar un agujero negro de una masa, momento angular y carga eléctrica determinados, aunque muy grande, puede ser finito. Berkenstein afirmó que es posible interpretar el logaritmo de este número como la entropía del agujero negro. (...) sería una medida del volumen de información que se pierde irremediablemente durante el colapso a través del horizonte de sucesos.


Descubrí, con gran sorpresa, que el agujero negro parecía emitir partículas a un ritmo constante. Como todo el mundo entonces, yo aceptaba el dogma de que un agujero negro no podía emitir nada. Por eso me esforcé cuanto me fue posible por desembarazarme de un efecto tan desconcertante. Se negó a desaparecer, así que, en definitiva, hube de aceptarlo. 

Agujeros negros y pequeños universos
¿Se halla todo determinado?
El futuro del Universo
Discos de la Isla Desierta: una entrevista


Una nota al márgen - pésimo, PÉSIMO, los de la editorial Crítica, que transformaron todas las cifras exponenciales en meros cientos o miles (10^66 = 1066, etcétera). DE CUARTA MUCHACHOS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario